El inicio de la magia. Los tres grandes
Se dice que cuando los dioses intentaban sellar el
caos antes de que consumiera toda la creación, incluso su inmensa fuerza no era
rival ante la total destrucción. El pozo de urd, el poder que creó y consumió
todo innumerables veces, aquel agujero infinito que fue el que creó a los
dioses, no tenía límites. Su hambre era insaciable, y el panteón no podía
frenar su pronta aniquilación. Es por eso que en un ataque desesperado, las 24
divinidades fusionaron su poder logrando finalmente igualar al urd. Sin
embargo, este acto no fue suficiente, ya que no lo lograron destruir
completamente, sino que lo desgarraron en pequeños tejidos de desorden.
Debilitados, no tuvieron más elección que permitir su existencia, dejando así
rastros de lo que antes fue su padre.
Al paso de muchas eras, los dioses ya habían creado al
mundo y a la vida. De los mortales conscientes, mediante la religión, lograron
recuperar gran parte de su energía. Pero es allí donde descubren una verdad
aterradora. Durante todo ese tiempo, los tejidos de urd se estuvieron uniendo,
y algunos de ellos lograron formar un músculo que atacó por sorpresa al
panteón. Por suerte, este músculo no fue muy poderoso, siendo vencido. La mala
noticia era que eso solo fue un presagio de algo peor. Las divinidades profetizaron
que, en un futuro distante, todos los tejidos estaban destinados a unirse
formando así al urd renovado, y para entonces ni el poder de los dioses sería
suficiente para detenerlo. Pero había una forma de evitar esto, una idea de la
deidad Corellon Larethian, y fue la de combatir al fuego con fuego.
Al observar cómo algunas criaturas eran resistentes o
sensibles a los cambios del urd, Esta divinidad propuso que la inteligencia de
los hombres podría ser capaz de descubrir una forma de usar sus rastros en
contra del mismo. En otra forma, confiaba en que la humanidad lograría
controlar el descontrol del caos para el bien. Independientemente, también
reconocía que no podrían por sí solos. Y es por eso que se convierte en la
deidad de las artes y de la magia. Esta última la definió como la ciencia del
caos, y se las enseñó a tres individuos, elegidos por ésta, que servirían como
sus discípulos, y luego como maestros para el resto de mortales. Dichos
discípulos eran Vidolf, vilmeide y Svarthofde.
Vidolf era una famosa vidente humana de sus tierras.
Corellon le mostró que en la oscuridad de la magia se encontraba un camino al
poder de urd, pero la única forma de atravesarlo era con ayuda de los
infernales. Es así como fue la primera bruja, obteniendo poderes y
conocimientos que iban más allá de la vida, la muerte, o incluso el tiempo. Sin
embargo, todo esto le costó su humanidad, siendo corrompida por la magia negra.
De esta manera, se transformó en la madre y primera humana infernal, la primer
tiefling, siendo condenada por toda la eternidad en las profundidades del
infierno.
Por su parte, Vilmeide era un enano intelectual que
visitaba desde pequeño la biblioteca de su pueblo para conocer todo lo posible.
Destacaba por su curiosidad, y por eso Larethian lo eligió y le mostró el
potencial de la magia. Desde entonces se convirtió en el primer mago, y dedicó
su vida a documentar todos los hechizos, pociones y objetos mágicos del mundo.
También, fue el fundador de la primer escuela de magia (que más tarde se
dividiría en las ocho escuelas actuales) y el inventor de los primeros
conjuros.
Finalmente, Svarthofde era un glorioso elfo aventurero
y cazador de monstruos. Estas hazañas fueron reconocidas por la divinidad,
otorgándole la tarea de combatir a todas las criaturas relacionadas de alguna
forma con el poder de urd que pudiera, para así descubrir cómo fue posible
dicha relación. En sus investigaciones, logró absorber algunas propiedades de
diversas criaturas mágicas, pasando a ser el padre de los hechiceros.
Cada uno con sus métodos y discípulos, fueron
enseñando su sabiduría al resto del mundo, generándose nuevas ramas del uso de
la magia (como los clérigos, los bardos, los paladines, los monjes, los druidas
y los artífices). Ahora la magia ya es una práctica común entre las personas,
como consecuencia del constante crecimiento y de la constante regeneración de Urd.
La magia también desarrolló lenguas, dialectos e
idiomas entre los paganos para diferenciar las distintas prácticas de la magia,
como el thebano o el infernal (aunque este último existía desde antes), pero el
latín de la magia (también creado por Vilmeide) es el rúnico, que aún se
estudia y se utiliza para varios conjuros. Estas runas tienen una traducción
parcial a los idiomas común y enano, pero ahora solo se usan para la magia,
mientras que sus derivados se encargan de transmitir mensajes (como las lenguas
de nuestro mundo).
Autor: Pierluigi Dalle Nogare
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